ciudad memoria


 

Hay una ciudad a la vista que parece que podamos dominar desde las alturas; hay otra que no todos conocemos pero sí sabemos que existe. Un mundo distinto al que solemos ver.


Estamos acostumbrados a construir hacia arriba, pero también hemos ido hacia el interior de la tierra.





Un fascinante mundo desconocido por los territorios subterráneos, puertas secretas, ciudades sumergidas, oscuridad subterránea, innumerables túneles, cavernas.

¿Existe un pueblo oculto en esos negros fosos?


(Joselyn Gómez)





Paseamos cada día por las calles sin saber qué nos podemos encontrar bajo nuestros pies: estaciones, vías de tren abandonadas o refugios que dieron cobijo durante la guerra a las familias protegiéndolas de los enemigos. Un submundo por descubrir. 

Visitamos la ciudad subterránea y conocimos las duras condiciones de vida de la gente que acogió. No podíamos perder detalle; nuestra sorpresa era tan grande que no podíamos dejar de mirar cada rincón, imaginando todas las historias que pudieron haber sucedido.



Aunque hay oscuridad, ahí se guardan nuchos secretos y quizás quedarán secretos para siempre.

(Safae Chaatouf)

Hay muchas veces que caminamos y no nos damos cuenta del pasado de cada calle, cada grieta, cada escalón. incluso cada persona que vemos pasar por nuestro lado.
Eso me pasó hace cinco años cuando pisé por primera vez el famoso refugio 307.
A cada paso, incluso en cada respiración que daba, sentía como un frío repentino. como si las personas que estuvieron ahí me transmitieran todo el terror que pasaron en ese lugar.

Este año, al ver desde lo alto la ciudad, cuando subí al Turó de la Rovira, me sentí ignorante al saber de todas esas personas que lucharon por sus derechos, esas personas que tenían hasta que desnudarse para que los franquistas no les reconocieran.

Hace pocos días días fuimos otra vez al refugio. Era como si todo hubiera cambiado, yo hubiera cambiado, hubiera crecido. Pero ese lugar seguía siendo igual . Todas esas historias que las paredes guardaban, esos llantos, incluso las peleas de desesperación.
Siempre me acordaré de cuando fui por primera vez allí y me explicaron cómo se hacía una tortilla española sin patatas ni huevos.

Finalizo con un gracias a dios por haber nacido nacido en 2004 y no haber pasado eso y un ojalá que no pase otra vez algo semejante como LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.

(Ariadna Muñoz)

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